Ayuda a los demás. Ayúdate a ti mismo

Escrito por: Asertia
martes 15 de septiembre de 2020

Todos hemos experimentado en alguna ocasión lo gratificante que puede resultar prestar nuestra ayuda a otras personas en momentos de necesidad. La sensación de satisfacción al sentir que una palabra, un gesto o una acción concreta por nuestra parte puede tener un gran impacto en la vida de otra persona.

Las razones por las que ayudamos son muy diversas: porque nos identificamos con las personas a las que ayudamos, con quienes compartimos dificultades en común, porque hemos pasado por situaciones similares y empatizamos de manera especial con esas personas o tal vez porque sentimos algo especial hacia un colectivo en concreto cuya situación hemos conocido por otras personas o por los medios de comunicación. Algunas personas hacen de esta ayuda una profesión y sienten que esta actividad da un sentido a sus vidas, un “para qué” a su día a día y que gracias a ellos el mundo que les rodea es un lugar un poco más amable.

¿Te has planteado alguna vez convertir esos momentos en un compromiso más estable en tu vida? Sea cual sea el colectivo o tus razones concretas, te contamos los beneficios que provoca a nivel psicológico y social de prestar tu ayuda a los demás y cómo ayudar a los demás te puede también ayudar a ti mismo.

  • Ayudar a los demás nos aporta un propósito vital y objetivos concretos para nuestro día a día.
  • Comprometernos con un voluntariado refuerza nuestro autoconcepto ya que nos demuestra que somos capaces de responsabilizarnos e implicarnos en una actividad.
  • Fomenta nuestra flexibilidad mental y la empatía al conocer diferentes realidades.
  • Ayudar nos obliga a relacionarnos a menudo con otras personas y por lo tanto a mantener también nuestra mente activa, ¿sabías que las una de las mejores actividades para mantener nuestro cerebro sano y activo es relacionarnos con otras personas?
  • La entrega que implica el voluntariado fortalece tu autoestima y es un factor protector frente al desánimo o la apatía.
  • Si además eliges un voluntariado que implique actividades más físicas puede ser una manera de mantenerte activo sin tener que recurrir a otras actividades más mecánicas o tediosas

Y por último no te olvides de dedicar un tiempo previo a conocer tus inquietudes y ser realista con el tiempo libre con el que cuentas. ¡adelante!

Alicia Jiménez Castellot

Puedes ver este artículo también en nuestra colaboración con centradaenti.es

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