Pocas veces nos encontramos centrados en el momento presente. Nuestra mente suele moverse saltando de un lado a otro, recordando lo que hicimos ayer o preocupándonos por lo que tenemos que hacer en las próximas horas o en los próximos días. Este ir y venir de nuestros pensamientos nos supone ruido mental y en definitiva ansiedad que no nos permite disfrutar del momento presente.
Aunque esta tendencia suele ser habitual, sabemos que el hábito de dejarnos llevar por pensamientos involuntarios nos distrae del momento presente y puede ser fuente de malestar. Cuando recordamos o anticipamos sucesos también nos provocamos emociones a veces desagradables,y sin saber por qué, comenzamos a sentirnos inquietos y estresados.
Nuestra mente tiene que ayudar a que nos sintamos plenos y a afrontar los retos de cada día. Cuando no somos capaces de mantenerla centrada o enfocada, reduce nuestra energía y claridad mental además de perdernos infinidad de momentos de los que disfrutar sólo porque “estamos en otro sitio”.
No tener ninguna herramienta para manejar estos pensamientos nos provoca la sensación de no estar nunca disfrutando del momento. Es por esto que han cobrado un gran protagonismo en los últimos años las técnicas de atención plena, que ya se utilizaban hace más de dos mil años y que en la actualidad se aplican para afrontar problemas tan de actualidad como el estrés.
Estas técnicas se basan en el entrenamiento de nuestra atención para enseñar a nuestro cerebro a estar centrado en una única tarea, en el momento presente, para poder disfrutar plenamente de nuestra vida. Se trata de ir aumentando el tiempo en el que conseguimos estar centrados en lo que nos rodea, en observar un objeto, en un lugar de calma imaginario, o en una sensación (un sabor, nuestro movimiento, una textura….).
Como todo entrenamiento, al comienzo es difícil y notaremos cómo nuestros pensamientos y nuestra atención están tan acostumbrados a su libertad que van saltando de un recuerdo a otro sin que podamos hacer nada más que reconducirlos con amabilidad. Pero como todo entrenamiento, con el tiempo notaremos nuestra mente cada vez más enfocada y despejada.
Algunos de los beneficios de la atención plena son los siguientes:
- Reduce la ansiedad y proporciona sensaciones de bienestar y calma
- Nos sentimos conectados con la realidad que vivimos
- Aumenta nuestra capacidad para disfrutar del presente
- Mejora nuestro rendimiento intelectual
- Recientes investigaciones han demostrado que ayuda a mejorar el rendimiento cognitivo
¡Decídete a vivir el presente!
Alicia Jiménez Castellot
Puedes ver este artículo también en nuestra colaboración con centradaenti.es