El síndrome del cuidador es un estado de ansiedad, tristeza y agotamiento producidos por el estrés continuado que acompaña a la persona que adopta el cuidado de otra.
Como comentábamos en un artículo anterior, en las familias es habitual que cuando una persona mayor como puede ser alguno de nuestros padres, necesita ayuda, alguno de sus hij@s se convierta en cuidador directo.
Queremos ser de ayuda, pensamos que no nos llevará mucho tiempo, iniciamos el cuidado con ánimo y con energía… Pero poco a poco nos vamos dando cuenta de la realidad de los cambios que se van produciendo en nuestra vida: una alteración en nuestra dinámica familiar, la sensación de tener que ocuparnos de dos casas diferentes, repartir el tiempo entre nuestra familia y nuestros padres diariamente, cada vez asumimos más responsabilidades, nos desatendemos a nosotros mismos…
Si estos cambios no sabemos resolverlos satisfactoriamente, podemos caer en el síndrome del cuidador. La persona que lo padece se siente desbordada física y emocionalmente, “quemada” por la situación, presenta inestabilidad emocional, cambios de humor, tristeza, ansiedad, dificultades para dormir, dolores, pérdida de apetito, irritabilidad, tenemos menos paciencia y aparecen conflictos y enfrentamientos con otros miembros de la familia o con el resto de cuidadores.
La sensación de deber y de obligación lleva a muchas personas a no permitirse tiempo de ocio “ cómo voy a salir y a dejar a mi madre en casa, ¿y si le pasa algo cuando estoy fuera?”, “es egoísta dedicar tiempo para mi estando mi padre enfermo”, “cuando yo era pequeña mi madre no salía con sus amigas ni iba a trabajar cuando tenía que cuidarnos”, “cómo voy a salir a disfrutar estando mi padre como está”, o“qué va a pensar mi familia, qué dirían de mí si se enteran que me he ido con mis amigas y he dejado a mis padres este fin de semana”.
Debemos ser realistas, ¿cuánto tiempo puedes mantener esta situación?. El cuidado pueden ser años. Si te mantienes sin tiempo para ti, para tener ilusiones y planes de futuro (incluso a corto plazo, para este fin de semana), sin ver a tus amigos ni tener actividades de ocio, si todo es obligación….Al final serás tu quien necesite ayuda y puedas ayudar menos a aquéllos que más quieres
Tu psicólogo está siempre aquí para ayudarte a gestionar el cuidado y las emociones, pensamientos y creencias que te están haciendo sentir malestar vital.
Alicia Jiménez Castellot
Puedes ver este artículo también en nuestra colaboración con centradaenti.es