Riesgos emocionales de la jubilación y claves para afrontarla

Escrito por: Asertia
domingo 01 de marzo de 2020

La jubilación implica en la mayoría de los casos una gran montaña rusa de emociones. La euforia de dejar atrás horas de trabajo, jefes, el temido despertador, madrugones y cansancio. La ilusión de iniciar todas aquéllas tareas pendientes durante años por no tener tiempo para iniciarlas. El miedo a un cambio de vida, a no saber encontrar nuestro lugar o nuestros objetivos. La pérdida de autoestima cuando nos planteamos si somos igualmente válidos al no tener un rol como trabajador activo o cuando pensamos en las consecuencias de ir cumpliendo años.

Los mayores riesgos se encuentran en varios grupos de personas, principalmente en aquéllas que no planifican su jubilación. Un día nos acostamos definiéndonos por el nombre de una profesión y otro día nos levantamos jubilados. Esta desorientación tiene consecuencias emocionales como ansiedad, tristeza, desasosiego o angustia.

Por otra parte están quienes viven para trabajar, que, como comentábamos en artículos anteriores, tienen absolutamente unida la idea de quiénes son con su puesto o profesión y que, al no tener nada más, la jubilación implica para ellas un importante riesgo de depresión por no saber responder a la pregunta acerca de quiénes son fuera de su rol como trabajadoras.

Y por último tenemos el caso de las personas soñadoras que únicamente se han fijado en todos los beneficios de la jubilación y el inicio de una vida llena de tiempo libre y posibilidades y no han afrontado otros aspectos asociados como son la rutina y un exceso de tiempo libre que debe ser bien gestionado.

Te damos algunas claves para afrontar tu jubilación:

  1. Prepara tu jubilación: sé realista. Organiza tus horarios, tu tiempo. Planifica actividades gratificantes tanto sola como acompañada y siempre incluye actividades que impliquen realizar alguna actividad física a diario.
  2. Si no eres una persona que encuentre fácilmente hobbies o actividades gratificantes para sí misma, prueba a buscar alguna actividad de voluntariado en la que te sientas realizado ayudando a los demás en alguna actividad concreta o en enseñar algo que se te dé bien hacer.
  3. Encuentra tu rol. No eres sólo un trabajador con un puesto en una empresa. Eres madre/padre, tí@, herman@, amig@, vecin@, tal vez corredor, lector, inquieto intelectualmente, profesional con capacidad para transmitir tus conocimientos, luchadora o emprendedor. Hay muchos roles y muchos valores con los que te puedes sentir identificado y a los que puedes comenzar a sacar partido.
  4. Mantente ágil mentalmente. Nunca es tarde para aprender cosas nuevas, afronta nuevos retos, haz algo diferente, viaja a lugares nuevos.
  5. Organiza tu economía. Es obvio que los ingresos son limitados, pero también podemos tratar de organizar nuestros gastos y no descuidar algo fundamental, y es que aparte de de esos gastos fijos, no podemos olvidar esa partida mensual, por muy pequeña que sea según nuestras posibilidades, para nuestro tiempo libre y de ocio y nuestro desarrollo personal.
  6. No olvides la importancia de la pertenencia. Todos necesitamos sentir que pertenecemos a un grupo y es vital mantener nuestro rol social. Manténte ligado a otras personas, agrupaciones, personas con inquietudes similares a las tuyas.

Si te encuentras perdid@ o necesitas una inyección de energía positiva te animamos a que busques ayuda en tus psicólog@s de confianza .

Alicia Jiménez Castellot

Puedes ver este artículo también en nuestra colaboración con centradaenti.es

COMPARTIR EN

Busca en el blog de Asertia

Últimas publicaciones

Categorías

Te puede interesar